domingo, 3 de abril de 2022

Carolina, una investigadora del CSIC

 


Hola, soy Andrea Patón del grupo E 2.1.

Un día mi profesor de tecnología nos envió realizar una serie de preguntas, a algún conocid@ científico o ingeniero, para el día de la mujer. Yo acudí a Carol, una científica amiga de mi madre.

Carol nos habla sobre el lugar en el que trabaja, a qué se dedica, por qué quiso estudiar eso, en qué temas ha colaborado…

A continuación, se puede leer lo que contestó:

"Soy Carolina y soy investigadora en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímero (ICTP) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde hace 27 años.

Mi trabajo, además de ser el trabajo que siempre soñé, es de todo menos aburrido y monótono (a veces, claro, jajaja).

En el CSIC, se trabaja por proyectos de investigación que están englobados en nuestras líneas de investigación, es decir, en lo que nos hemos estado especializando. En mi caso, soy química y me especialicé en química orgánica, comencé mi carrera como investigadora en la síntesis de nuevos polímeros. Esto conlleva el diseño y obtención de nuevos materiales para diferentes necesidades. Empecé a investigar en nuevos materiales que actuasen como membranas separadoras de gases (purificación de gases, obtención de oxígeno) y purificación de agua (membranas para mejorar los procesos de ósmosis inversa para purificar agua). Con el tiempo, vas abarcando más líneas y participas en diferentes líneas de investigación. Más tarde, me embarqué en un proyecto de diseño de materiales para la obtención de células fotovoltaicas. Y en la actualidad, en soportes para ingeniería de tejidos. Y sigues abriéndote camino y sigo trabajando en diferentes campos que van intentando dar respuesta a lo que demanda nuestra sociedad. Lo último que nos encaminó en una nueva línea de investigación, es lo que nos impactó a nivel mundial en el año 2020, la pandemia producida por el SARS-CoV-2 (virus causante de la COVID-19). Todos los investigadores nos planteamos un gran reto: como intentar paliar el avance del virus. Cada uno desde sus conocimientos, quiso aportar algo. En nuestro caso, al ser especialistas en materiales, pensamos en diseñar materiales que impidieran la proliferación del virus y que lo inactivaran y poder usar estos materiales en nuestra vida cotidiana. Así nos pusimos manos a la obra y estamos desarrollando textiles y recubrimientos viricidas que se pueden usar para la fabricación de sábanas o uniformes para personal en hospitales o residencias geriátricas o en mascarillas. El proyecto se está desarrollando con éxito y hay empresas interesadas en implantarlo para fabricación. Este virus convivirá con nosotros mucho tiempo, pero vendrán otros, eso es algo que es seguro.  Cuando tus desarrollos pasan a la empresa es lo que los investigadores llamamos transferencia tecnológica que se diferencia de la investigación básica, que también es necesaria.

Pero esto que suena tan grande no explica cómo es nuestro día a día. En mi caso, junto con mi grupo de trabajo, más investigadores, becarios predoctorales, postdoctorales y estudiantes de fin de máster, además de estar al día de todas las publicaciones científicas que salen sobre tu tema de investigación y no dejar nunca de estudiar (eso no hay que olvidarlo), en el laboratorio, sintetizas o modificas los nuevos materiales o algunos ya existentes, mides sus propiedades y vuelves a modificar tu diseño para mejorarlas. Es un trabajo de paciencia, ya que cada cosa lleva su tiempo, de tener todos tus datos en orden para evaluar todas las variables y poder llegar a cumplir tus objetivos, lo que se conoce como método científico.

La carrera de investigador es algo muy largo, te embarcas sin saber si realmente vas a estar haciéndolo toda tu vida. Yo tengo la suerte de trabajar en el CSIC pero puedes investigar en empresas, aunque es un trabajo diferente, mucho más enfocado al desarrollo.

Por qué yo me embarqué en esta aventura es algo fácil de explicar. Siempre me gustó, desde que estaba en el instituto, lo veía como un sueño. Me encantaban las ciencias, aunque, hace años, no tenía muchos referentes que me pudieran servir de ejemplo, y menos, mujeres, pero había, sí que las había (¡y las hay a día de hoy, cada vez más!). En la universidad me fui dando cuenta de que era posible intentarlo, pero era algo difícil de conseguir. Así que paso a paso, no dejé de intentarlo. Podría haber intentado trabajar de química en una empresa, pero perseguí mi sueño, y conseguí una beca para hacer la tesis doctoral. Hay veces que te quedas ahí porque no hay continuidad, si no consigues que te contraten, no puedes seguir, así que te vas fuera de España para seguir formándote con la esperanza de volver a trabajar en casa o te quedas fuera si te gusta. Yo conseguí una beca para trabajar fuera y pude volver y, con mucho esfuerzo, y con épocas en las que no tienes continuidad laboral, saqué una plaza y aquí sigo. Es un privilegio poder trabajar en algo que amas, aunque tenga muchos sinsabores. La inversión en ciencia en España no es precisamente grande, no estamos a la altura de otros países de Europa, pero seguimos al pie del cañón con mucha ilusión y muy buenos cerebros. Puedo y debo decir que es un trabajo vocacional, lo tienes que disfrutar y yo lo hago. En estos últimos años, la sociedad nos empieza a ver como algo muy importante para nuestro desarrollo y espero que esa buena imagen siga creciendo."

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